viernes, 7 de octubre de 2011

Crecimiento Económico y Desarrollo Económico

Crecimiento Económico y Desarrollo Económico son dos conceptos que con frecuencia se encuentran confundidos en la literatura. Por Crecimiento Económico es necesario entender el crecimiento del Ingreso Nacional Disponible o, más frecuentemente, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). El Desarrollo Económico, o simplemente Desarrollo es un concepto que incluye muchas otras variables además del ingreso. Incluye variables que tienen que ver con el bienestar de las personas y de los grupos de personas. Las variables mencionadas con más frecuencia cuando se habla de desarrollo son las relativas a la educación, salud, infraestructura básica, paz social y gobernabilidad y medio ambiente.
Generalmente se reconoce que el Desarrollo es un proceso que cambia continuamente. Para entender ese proceso, se requiere hacer un ordenamiento mental de lo que son sus insumos y de lo que son sus productos. Pero he aquí su primer problema: muchos de sus productos son insumos de la siguiente etapa por lo que fácilmente el razonamiento en materia de Desarrollo puede derivar en un círculo vicioso, por ejemplo, el relativo a educación-desarrollo-educación. Asociado a esta dificultad conceptual, se encuentra el problema de identificar las variables que pueden servir de instrumentos de política para acelerar el desarrollo.
A pesar de la diferencia que se hace entre crecimiento económico y desarrollo, queda flotando la pregunta si el crecimiento económico no se encuentra, finalmente, a la base de la evolución de las otras variables asociadas al desarrollo y la preocupación de cómo romper la causalidad circular entre esas otras variables y el crecimiento económico1.
El comportamiento del PIB y de algunas de sus derivaciones se constituyen en indicadores de crecimiento económico. Contrastando con ello, no existe un indicador universalmente aceptado de desarrollo, por lo que en general, se toma una batería de indicadores (ver más abajo). Las teorías de desarrollo van más allá de la economía pues cubren un amplio espectro de las ciencias sociales: sociología, antropología, política.


La Economía tiene como problema fundamental descubrir los factores que inciden en la generación de ingresos y creación de riqueza. Históricamente, el pensamiento económico ha transitado por las siguientes etapas en lo que concierne sus conjeturas sobre la generación de ingresos. Inicialmente, sólo era la naturaleza, a partir de la tierra la que podrían generarlos. El argumento era muy simple: se siembra 10 papas y se cosecha 100. A condición de que una parte mínima de la cosecha no fuera consumida, se estaba aumentando la riqueza disponible. A esto se añadió las otras formas de riqueza que podría general la naturaleza (capital natural). Posteriormente, se puso énfasis en el trabajo como generador de valor, pues, el procesamiento de materias primas les proporcionaba mayor utilidad. Poco a poco el trabajo fue cualificado en términos de sus rendimientos para convertir la materia prima en productos elaborados. Nació la idea de capital humano para caracterizar la educación, la salud y otras habilidades de los pueblos. Más recientemente, surgió la idea de que las sociedades mejor organizadas podían ser más productivas. Nació la idea del Capital Social. Desde mediados del siglo pasado, se puso énfasis en la importancia del conocimiento (llamado generalmente tecnología) como factor para generar valor manteniendo los otros factores constantes (es decir, para producir más con los mismos insumos).
Un segundo aspecto que cabe destacar es la importancia de los mercados. Son los mercados que van a determinar el valor de los insumos y productos finales, incluyendo el del trabajo y el del capital. La discusión sobre si los mercados son buenos árbitros para determinar los precios desde diferentes definiciones de optimalidad ha sido una constante en la historia del pensamiento económico. Evitando entrar en estas discusiones, cabe mencionar que hoy en día existe un consenso bastante grande sobre las virtudes de los mercados y el reconocimiento de que pueden tener fallas que para ser subsanadas requieren la intervención del Estado.
El tercer aspecto que conviene recordar, por muy simple que parezca, es el siguiente: las personas o familias acceden a un ingreso o riqueza básicamente a través de la remuneración de su trabajo. Ciertamente que hay personas que heredan bienes que les producen una renta o que habiendo trabajado antes acumulan capital que les produce el mismo efecto. Normalmente, estas personas o familias no significan más del 5-10 por ciento de la población total. El resto accede a un ingreso a través de la remuneración a su trabajo. Luego, los problemas de la pobreza y de la distribución del ingreso nacional están muy asociados a las oportunidades de acceder a un puesto de trabajo y al rendimiento que pueda ofrecer. Los países que tienen la posibilidad de generar riqueza en sectores que no emplean mucha mano de obra (minería, hidrocarburos, electricidad) se enfrentan a graves problemas distributivos. En gran medida, el modelo desarrollado en Bolivia con la capitalización ofrecía a los bolivianos una imprecisa situación de rentistas. Algo similar puede señalarse en lo que concierne a la esperanza puesta por algunos sobre los ingresos que podría generar el gas, pero, hay que reconocer que es difícil elaborar una propuesta coherente a propósito de la distribución de estas rentas.
La agenda del desarrollo de los países en desarrollo (imposible evitar la redundancia) parece haber olvidado lo que acabamos de recordar, por ello vale la pena ponerlo en blanco y negro antes de seguir la discusión.

1 comentario:

  1. que guay tu paginaaaaaaa esta buena sobre todo tu fotito.. cuando eras peque pequeña.!!!!!

    ResponderEliminar

Vistas de página la semana pasada

Siganme los buenos!